El ajo es un cultivo muy antiguo aprovechado por el bulbo que forma en la base de sus hojas. Es muy apreciado como condimento por el fuerte y característico sabor que presenta, y es un ingrediente muy utilizado sobre todo en la cocina mediterránea. Posee múltiples efectos medicinales, debidos a las sustancias azufradas que contiene.
El ajo es un cultivo muy antiguo que se ha consumido desde el siglo VI antes de Cristo. La planta pertenece a la familia de las Liliáceas, y su nombre científico es Allium sativum. Se aprovecha por el bulbo que forma en la base de las hojas, que puede pesar hasta 200g. Este bulbo o cabeza está formado por varios dientes, en número variable de 2 a 10, que se encuentran recubiertos por unas cubiertas que los protegen denominadas túnicas. El color de estas cubiertas varía del blanco al rosado y es una característica que determina dos tipos varietales de ajos.
Aunque en la antigüedad era muy apreciado por sus propiedades medicinales, en la actualidad se aprovecha sobre todo como condimento. Es usado en multitud de platos como la ajada gallega, la salsa alioli, el ajo blanco malagueño, la zurrkutuna vasca, etc. También se cosechan en verde para consumirlos como ajos tiernos. Estos ajos se siembran en la misma época que los otros, pero se cosechan cuando empieza la formación del bulbo. Estas plantas se caracterizan por presentar un gran aroma. Son apreciados sobre todo en la zona sur de Europa por su fuerte sabor. A partir del ajo se pueden obtener diversos derivados, como el aceite de ajo, producido de la destilación de ajos troceados, y el ajo deshidratado.
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